Shakira, la loba espía y gitana.

Tal parece que Shakira dejó atrás sus inspiraciones roqueras, y las cambió por tonadas electrónicas, más contemporáneas. Y en mi opinión, le funciona muy bien. Su último esfuerzo en inglés, Oral Fixation Vol. 2, le resultó en fracaso rotundo. Esa extraña colección de canciones oscuras y roqueras (con sus excepciones), fue salvada solo por la re-edición del CD y la inclusión de Hips Don’t Lie (canción que no encaja con el resto de las rolas, pero que le ganó su primer número uno en el Billboard). Y sus sonidos evidentemente latinos también son re-pensados en esta ocasión, aunque Fijación Oral Vol. 1 haya sido uno de sus mayores éxitos.

Esta vez, y después de cuatro años de sus Fijaciones Orales, regresa con un álbum más ligero, más cantable, mucho más bailable y mucho más moderno. Digámoslo en sus propias palabras: She Wolf es más fresco. De entrada se siente mucho más electro que sus discos pasados. Temáticamente, deja de lado los cuestionamientos filosóficos (How Do You Do, Se Quiere Se Mata, No Creo) y las críticas sociales (Octavo Día, Dónde Están los Ladrones, Timor), y se concentra completamente en el amor (especialmente en la parte sexual/sensual de éste).

Parece que Shakira ha despertado de éste sueño de mega pop star latina, se ha dado cuenta de que necesita dejar atrás el muy gastado cliché del crossover latino (ni a Thalía ni a Paulina Rubio les funcionó) y se ha formado en la fila del electro moderno, que pone delante de ella a Britney, Madonna, Lady Gaga, etc. (Y detrás de ella se formará pronto Christina Aguilera). Son las güeras electrónicas, que concientes de su sexualidad, la abrazan, la enfatizan y la usan para potencializar su música. Aunque la Shakira de She Wolf a veces deja la cola (como si hubiese olvidado un artículo del supermercado, estando una vez formada), para aventurarse en sonidos un tanto más conocidos por su público. Tiene sonidos del medio oriente, simulaciones caribeñas y ligerísimos toques de pop latino (casi imperceptibles).

Pocos son los tracks que no sobresalen de este disco. She Wolf/Loba, el lead single tiene un feel completamente ochentero, actualizado electrónicamente al 2009. Did It Again/Lo Hecho Está Hecho se siente como una marcha pop que explota de la nada en el coro. Why Wait/Años Luz (que me recuerda a la Nelly Furtado de Loose) nos trae un poco de percusión electrónica pesada y sonidos arabescos. Es una especie de Ojos Así o Animal City, pero electrónica. Good Stuff y Long Time son las canciones donde más se luce la voz de la colombiana, con beats R&B-escos, por los que Beyoncé mataría por escribir. Gypsy es la más tranquila de todas. Sus sonidos “gitanos” e hindúes, como los sugiere su nombre, adornan lo que parece ser la única “balada” del disco. Es dulce e inocente, en medio de un mar de canciones más provocativas por un lado, o iracundas y reclamonas por otro lado.

Son tres mis favoritas. El epítome electrónico del disco, Men in This Town, donde los sintetizadores crean una canción que provoca movimiento, durante la cual Shakira confiesa su amor por Matt Damon. Es como Straitjacket para Alanis Morissette o Want para Natalie Imbruglia. Es una explosión electrónica diseñada para enloquecer los antros. Spy (donde colabora su buen amigo Wyclef Jean), es una tonada de ambiente funky que nos transporta a una película de gangsters y detectives. Esta vez el señor Jean no arruina la canción, sólo se limita a cantar un pequeño verso (y lo mejor, no anuncia el nombre de Shakira como si fuera extra de periódico). Y finalmente, Mon Amour, el rocker del disco. Canción llena de ira y celos, reclama el amor robado, deseando cosas horribles tanto a la ladrona como al que la abandonó. Es una canción de rock de estadio, que me recuerda canciones como Escondite Inglés y Rules.

Aunque este disco no versa sobre la habilidad poética que Shakira muestra de vez en cuando, tampoco se centra en la especial voz que la barranquillera posee. Se trata de un ejercicio que Shakira misma quiso emprender. Quiso demostrar que tiene flexibilidad musical. Ya lanzó un álbum de rock latino (Dónde Están Los Ladrones), ya hizo pop latino (Servicio de Lavandería), rock en inglés (Oral Fixation Vol. 2) y ahora creó un discazo de pop vanguardista y universal (en inglés mayormente). Demuestra (con ayuda de Pharrel Williams, de The Neptunes) que puede hacer música divertida, música que no debe tomarse tan en serio. Música que dejará una marca, pero no por su significado, sino por su forma. Y vaya que está dejando su marca de garrazo de loba.